lunes, 28 de junio de 2010

a contrapelo










necesito
tu valentía
tu desapego
tu desparpajo!

nada más
tu insospechable voz
al teléfono
he dejado a mi mujer
otra vez intocada
con esa pregunta en los ojos

y he venido hasta tus brazos
como un colegial
sintiéndome inédito y mentiroso
borracho de deseo
sólo por tocar tu pecho plano
por sentir
el áspero roce de tu barba
en mi espalda

con este dolorido amor
a contramano
a contratiempo
a contrapelo.

martes, 22 de junio de 2010

Primer día hábil


La angustia la despierta antes que el reloj.
El dolor que siente en la planta de los pies le recuerda la decisión que ha tomado, sin que haya abierto los ojos.
Ah, es que a ella el alma y el miedo le duelen en la planta de los pies.
Anoche, mientras se duchaba sintiéndose tan sola, tan triste, tan tonta por sentirse así de sola y así de triste, terminó de definir la decisión que viene postergando cada fin de semana, cada celebración de muchos -o de pocos-, cada vez que le preguntan: "seguis sola?".
Así, que hoy ella va a decir adiós. Y entonces, tiene el alma hecha trizas y está muerta de miedo.
Se viste con cuidado: elige la camisa de seda blanca que él le regaló para su cumpleaños, los tacos que le regaló en Navidad, el bello pañuelo con flores que le dió porque "pensé en vos y te lo traje".
Cuando bajó, él ya la esperaba discretamente estacionado como cada primer día hábil de semana.
Y la besó con el mismo apremio de cda uno de esos días de todos estos meses, con el exacto saludo: "Estás preciosa!"
El hotel los recibió con la des-luz y los olores que acompañan a los amores clandestinos, no importa cuál sea el precio.
El la amó como cada primer día hábil de semana, con premura y detalle.
Ella lo amó como si fuera a dormir con él, como si fuera a despertarlo después, como si eligiera sus corbatas, preparara su cena, eligiera con él la música que acompañara el amor antes de dormir otra vez a su lado.
"Muñequita, que te quiero siempre como ahora!", le dijo mientras la abrazaba sobre él, rodeándola con sus piernas y con la traviesa risa que a ella tanto le gustaba, dijo lo único que no debía decir: "Parece que vamos a necesitar mas fines de semana largos como el que pasó!"
Ella se escapó de la cama y se plantó sobre sus pies, sobre sus pobres pies de plantas llenas de clavos.
- Qué suerte que no dejaste que lo olvidara!- silabeó mientras el llanto la ahogaba- No quiero ya mas fines de semana a solas, ni largos, ni cortos. Y ya no quiero ser tu muñequita; no quiero ser la muñequita de nadie, en realidad. No quiero mentir más, no quiero mi soledad acompañada en hoteles dos veces a la semana.
Mientras se vestía, apurada y furiosa, él la miraba en silencio, demudado y atónito. Ni siquiera había pensado en Milena vistiéndose antes que él. Oh, qué tontería! Tenía que cortar todo eso.
- Pero vos siempre supiste que no me voy a divorciar, nena. tenemos muchos interesas en común: las familias, los hijos, el Estudio... Muñequita, que te pasa? Soy yo, Gustavo...- la tomó por los hombros- Ves que soy yo? Preciosa.... soy yo!
- Si. Sos vos. Y todo eso me pasa: que nunca estarás conmigo, que no tendremos nada en común, que no soy muñequita, ni nena, ni preciosa. Mi nombre es Milena, te acordás? Y además, ya no quiero sentir este terrible dolor en la planta de los pies!
- Dolor... en... la planta de los pies?- preguntó sin entender, sintiéndose cabalmente un estúpido.
- Sí. Hasta que te diga adiós.
Tomó el bello pañuelo con flores y lo dejó caer en la entrepierna de Gustavo que apenas había atinado a sentarse en la cama: "Ya no pienses en mí".
Tomó el abrigo y la cartera y salió de la habitación, sin que le importaran la cara sorprendida de las mucamas, ni el gesto de inquietud del conserje cuando la vió pasar rauda hacie la puerta.
Mientras abría la ducha de su casa y lloraba con sollozos de niña la límpida decisión de mujer, sintió que ya no le dolían las plantas de los pies, que el alma se iba acomodando.
Y cuando se envolvió con ese toallón azul esponjoso e inmenso que alguna vez había elegido pensando en Gustavo y que Gustavo nunca conoció, sintió el abrumador impulso de aprender a vivir con libertad de sentirse sola. Sin miedo.

Hasta la próxima vez, que sería mucho mejor.

imagen: http://www.mujeresenbici.org/

jueves, 17 de junio de 2010

incertidumbres














ando en esos días
en que el cielo
ni es cielo ni es azul.

el otro día
viajaba yo en avión
tempranísimo
sobre una espesa alfombra
de nubes tristes.

de pronto
me estalló en los ojos
un luz rojiza insuperable:
y apareció un sol enorme
sobre un cielo azul
transparente
de fiesta.

pero
aterrizamos
en una mañana lluviosa
de sábado en invierno!

(a veces
es engañoso el cielo)

en cambio

este pequeño infierno
del que a veces
me rescatan tus besos
es real
escabroso
tristón y doliente
sin soles
como máscaras.

imagen: Horizonte rojo - All Posters

lunes, 14 de junio de 2010

abrazos y aplausos para él

de vuelta en casa
El detective volvió a su departamento luego del peor domingo de su vida. Todos los domingos son el peor domingo de su vida, aunque este lo parece más. Doce horas, la mayor parte adentro de su auto, esperando que pasara algo en la casa del tipo que lo contrató. Pero la esposa es desconfiada y tiene tiempo para no arriesgarse a que la descubran. Para colmo el cliente no apareció a la hora señalada y lo dejó sin dinero.
La cocina es un desastre de platos sucios y heladera vacía. Maldijo su suerte, como hace todos los domingos peores de su vida. Se rió una sola vez en toda la noche, al pensar en esos idiotas que dicen amar su soledad. Claro, la soledad elegida, esa a la que se le puede decir basta en cualquier momento, sabiendo que en casa hay una cama calentada por otro cuerpo. Eso no es soledad, eso es un chiste.
Sandy ya debe haber cerrado el bar. Por suerte queda un poco de whisky en la botella. En la televisión no hay nada. Se tira vestido en la cama, intenta leer algo para olvidarse de demasiadas cosas. Es imposible. Mejor cerrar los ojos e imaginarse un sueño hermoso, cálido como el líquido que baja por la garganta.
El whisky barato es lo más parecido a la felicidad que hay en ese maldito departamento.
 
publicado por Marcelo Suarez de Luna en http://marcelo-lamenoridea.blogspot.com/
 
N.A.: Tengo especial debilidad por este personaje. Y siempre tuvo para mí el aspecto de Robert Mitchum. Y esa frase: "Eso no es soledad, es un chiste", desagravia sensualmente la tibieza necesaria en la otra mitad de la cama. Amén. 

miércoles, 2 de junio de 2010

entonces, vos












el plátano
refleja el sol
que aún no está en el balcón
el geranio y el ciclamen
siguen ahí
con su sensualidad en flor

tus ojos
me han visto 
otra vez 
el alma
la risa re elegida
las caricias que sí
el ombligo que también

entonces

decido
la tranquila felicidad
mi romántica alegría
tu amor así
solamente

imagen: La mujer en azul-Fernand Leger