viernes, 29 de mayo de 2009

cumple años


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Ultimamente
los días y el tiempo se independizan de mí,
y andan mirándome de lejos
riéndose de cerca
abrazándome con sus ojos
con los diversos tonos de su voz
con su risa
tocándome con sus manos
con las palabras
que inventa para nombrarme.
.Últimamente
los días y el tiempo se burlan de mí
y me borran los espejos
desarman los relojes
me engañan con lunas de verano
me susurran
un futuro de pajaritos azules
de lluvias en la ventana
de tu cabeza en mi almohada.
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Últimamente
los días y el tiempo se disfrazan para mi
de cleo yéndose a parís
como lo soñé para mí.
de cecilia cantando con los ojos
y el cuerpo
de camilo dibujando
justamente ese horizonte.
de dañel amándome mañana.
de amigas despeinadas
con la brisa de la vida
y la risa.
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Últimamente
los días y el tiempo tejen para mí
una red en la que puedo
caerme
desde el trapecio
desde la cornisa
desde la encrucijada
desde la vida
sin hacerme daño.

martes, 19 de mayo de 2009

aplausos y lágrimas para El

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Tras la cerrada ovación que puso término a la sesión plenaria del Congreso Internacional de Lingüística y Afines, la hermosa taquígrafa recogió sus lápices y papeles y se dirigió hacia la salida abriéndose paso entre un centenar de lingüistas, filólogos, semiólogos, críticos estructuralistas y desconstruccionistas, todos los cuales siguieron su garboso desplazamiento con una admiración rayana en la glosemática. De pronto las diversas acuñaciones cerebrales adquirieron vigencia fónica:
¡Qué sintagma!
¡Qué polisemia!
¡Qué significante!
¡Qué diacronía!
¡Qué exemplar ceterorum!
¡Qué Zungenspitze!
¡Qué morfema!
La hermosa taquígrafa desfiló impertérrita y adusta entre aquella selva de fonemas.
Sólo se la vio sonreír, halagada y tal vez vulnerable, cuando el joven ordenanza, antes de abrirle la puerta, murmuró casi en su oído: ''Cosita linda".

Escrito por el Poeta Uruguayo Mario Benedetti
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Daniel me había contado que se estaba despidiendo, pero lo escuché como de reojo: Usted era inmortal.
Es que yo guardaba una ilusión adolescente: encontrarlo algun día e invitarnos con un cafecito. Sólo para mirarlo, creo.
O para hablar despacito de tácticas y estrategias. De los costados del camino. De los andamios. De amantes maravillosos que son capaces de hacer el amor en los umbrales. Del Sur, no: ya está en nuestras almas.
Y mirarlo; mirarlo sin pestanear para guardarme sus ojos, para robarme su mirada, para quedarme con el aire de su alma.
Y para que, al despedirnos, me dijera: "Cosita linda!" Y yo pudiera abrazarlo y reirnos como si fueramos novios.
Pero, no.
Su muerte me golpeó en la frente la tarde del domingo.
Había sido ya un domingo sospechoso de tristezas. Con ese vientito frío y poco amigable de los otoños tardíos.Y ese insoslayable gris, querido Maestro!
Ese gris que siempre habita las malas noticias y que nos envuelve asfixiante cuando se van los que queremos tanto.
Daniel me abrazó mientras yo lloraba aquellas letras que me anunciaban su muerte y sollocé desde la panza, como una novia viuda.
Y pensé en el otro poeta, con su mismo dolor:
"Carpintero, haz un féretro pequeño
"se nos ha muerto un sueño
"algo que era entre el pájaro y la rosa."
No había imaginado esta tristeza que me sorprendió el corazón.
Debe ser que ya nadie me dirá "Cosita linda!" como me lo hubiera dicho Usted.